El calvario de cobrar una incapacidad para las Pymes

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Por: Carlos Andrés Naranjo Sierra
Me di a la tarea de hacer personalmente el cobro de una incapacidad por un accidente automovilístico que sufrí el año pasado con el fin de aprender del procedimiento y aún no sé si fue peor lo primero o lo segundo. Después de más de dos meses, sigo sin poder reclamar el pago y haciendo un postdoctorado en filas y paciencia.

A finales del año pasado un conductor semiasesino de la empresa de helados YomYom por poco nos quita la vida a mi y a mis perros, al embestir nuestro auto por detrás con su camión, cuando nos encontrábamos inmóviles en un trancón; dejando mi cuello con el famoso síndrome del latigazo y mi movilidad boicoteada, para los perros afortunadamente no pasó del susto. TAC, resonancia, analgésicos, antiinflamatorios, fisioterapia e incapacidad médica fue la receta de los galenos.

Una vez me repuse, escribí a la línea de servicio al cliente de EPS Sura para que me indicaran el procedimiento. Me informaron que debía ir a mi IPS y llevar la historia médica antes de que se cumplieran 30 días. Así lo hice. Al llegar la operaria me indicó que el horario para presentar incapacidades tenía la estreches de un pantalón de torero con jornadas de solo media hora los martes, miércoles y viernes. Ante mis ocupaciones pregunté si podía enviar al mensajero de la empresa con la historia médica y me dijo que sí, siempre y cuando él llevara copia de mi cédula al 150%.

Así fue. Mi mensajero llegó el día y la hora indicada pero le pusieron a pasar de una ventanilla a otra para al final recomendarle que regresara yo personalmente a presentar los documentos pues se necesitaba la cédula original ¿No me habían dicho pues que sí se podía? Escribí molesto al buzón de EPS Sura quejándome y me respondieron que no sabían a que se debía el mal entendido pero que podía pasar de nuevo y hablar directamente con la directora de la IPS para que me atendiera.

Regresé a la sede Comfama Rionegro de Sura y debo reconocer que me atendió muy amable y diligentemente su directora, firmó mi incapacidad y me envió a la taquilla administrativa para que me entregaran el certificado de incapacidad ¡Por fin! ¿Por fin? no señor, con este certificado debía dirigirme personalmente con cédula en mano a la sede central de EPS Sura en Almacentro para que asentaran mi incapacidad en el sistema.

Pasados dos días fui a Almacentro, hice otra fila y pusieron un sello en mi certificado y me advirtieron que si la empresa tenía registrada alguna cuenta de Bancolombia, la EPS me consignaría la incapacidad, pero si no debía dirigirme a cualquier oficina de Bancolombia a reclamarla en la próxima semana. Nunca me dijeron que inscribiera una cuenta cuando afilie mi empresa a la EPS ¿Cuántas estaciones más estaban por venir en este calvario? Yo esperaba pronto el fin de este viacrucis.

Envié a Bancolombia a mi mensajero, luego de que me comentaran en la taquilla del Banco que un tercero podía reclamar mi incapacidad desde que fuera con certificado de la empresa, pero Herodes y Pilatos tenían otros planes para mi. No se podía. Otro mal entendido, debía ir yo con mi famosa cédula. Así que regresé al Banco y luego de una fila de poco más de 30 minutos, el cajero me dijo que no había ningún dinero para mi, que generalmente se demoraban en salir este tipo de pagos. Incluso me comentó de una cliente que tardó más de dos meses en poder reclamar el dinero fruto de su incapacidad.

Un amigo que trabaja con personal me dice que le parece muy raro todo este enredo pues las empresas deben hacer este procedimiento con frecuencia y no ha escuchado este tipo de problemas. Seguramente empresas grandes como en las que trabaja él. Las pymes, por lo visto, debemos soportar el duro calvario de ir de un lado a otro para reclamar nuestros derechos en seguridad social u optar por no reclamar nada, que al parecer es la intención de algunas empresas prestadoras de servicios de salud para hacer que todo intento de reclamo, tenga su merecida crucifixión.

Salario mínimo 2013 para Colombia

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El salario mínimo para el 2013 es de $589.500 según lo ha establecido el gobierno nacional mediante decreto 2738 de diciembre 28 de 2012. Este nuevo valor corresponde a un incremento del 4.02% con respecto al salario mínimo vigente para el 2012 que era de $566.700

Al artículo primero del referido decreto reza: «Fijar  a  partir  del  primero  (1°)  de  enero  de  2013,  como  Salario Mínimo  Legal  Mensual  para  los  trabajadores  de  los  sectores  urbano  y  rural,  la suma  de  QUINIENTOS  OCHENTA  Y  NUEVE  MIL  QUINIENTOS  PESOS ($589.500.00 m/cte) moneda corriente».

El auxilio de transporte para el 2013 ha quedado en $70.500 según el decreto 2739 del 28 de diciembre de 2012.

La imagen corporativa para la microempresa

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Por: Eric Skoglund
La imagen en la actualidad es parte integral de nuestras vidas, se encuentra en todo lo que nos rodea, no solo en los ámbitos comerciales o de negocios, sino en cada estrato de nuestra existencia. En lo comercial los mensajes publicitarios nos bombardean continuamente a través de la gran cantidad de medios de comunicación que día a día se diversifican, usufructuando los avances en tencología.
Las micros y pequeñas empresas, antaño segregadas de toda práctica en el campo de la imagen, de un momento a otro, por causa de la globalización, se enfrentan a un panorama de competencia que ya no solo abarca los universos locales y regionales. Sin embargo, y a raíz de este repentino cambio, los dueños de microempresas han quedado a la deriva frente a un amplio abanico de proveedores y servicios de imagen que ciertamente son ajenos a su realidad cotidiana. Si bien muchos microempresarios comprenden que hoy en día el desarrollo de una identidad corporativa es esencial para la proyección posterior de una imagen determinada a sus cosumidores e inclusive al público en general, la realidad es que no existen servicios especializados para sus necesidades, que son distintas de las que puede tener una empresa de mayor alcance y dimensiones.
Es necesario entonces establecer una metodología adecuada para las microempresas, buscando con ello concientizar, tanto a los microempresarios de la importancia de desarrollar y gestionar adecuadamente la imagen en sus negocios, como a los especialistas para que podamos abordar los proyectos de este sector de forma más estratégica y eficiente. Desde luego que la tarea principal es adecuar la forma de intervención a este tipo de clientes, los cuales presentan cualidades y necesidades muy específicas a comparación de una empresa grande o incluso una mediana.
La intervención en la identidad de un sujeto empresarial, tiene como objeto la proyección consciente de una imagen a través de todos los recursos de comunicación con los que cuenta, pero también en los mensajes implícitos que transmite inconscientemente en sus actos y decisiones, y que por cierto muchas veces pesan más que aquellos que la empresa planea como tales. El ser institucional debe verse a sí mismo como una entidad integral de comunicación, que en el ejercicio cotidiano de sus facultades, actividades y responsabilidades suscritas a su giro u ocupación, lleva implícita una dimensión comunicacional que impacta necesaria e ineludiblemente tanto a los públicos internos como a los externos.
La imagen se moldea en los sujetos que perciben el ser insitucional; la identidad gráfica se convierte entonces en depositaria de la experiencia real del sujeto en cuestión. En ella se vierte la realidad operativa de la empresa, de modo que el sujeto liga permanentemente sus experiencias en la interacción con la empresa a su identidad gráfica, y cada vez que la contempla, a su mente vuelven los recuerdos vívidos de cada una de esas experiencias, sean afortunadas o desafortunadas por igual. Cuando los sujetos institucionales comprenden la importancia de la identidad visual, entienden también que la imagen no sucede solo en torno a un logo y sus diversas aplicaciones, sino que verdaderamente todo ello se liga a la otra cara de la imagen, que no es otra cosa que la propia realidad de la empresa o de la marca. La imagen no es solo una herramienta de la empresa, sino parte integral de su propia realidad cotidiana.
Desde luego la dimensión y el giro de la empresa son factores completamente ajenos al hecho mismo de la comunicación, por ello las Pymes1 no deben calificarse como marginales a esta dimensión de su realidad operativa. Es imprescindible insistir en que la imagen corporativa no es un hecho que se limite a la factura de un logo o un repertorio más o menos amplio de aplicaciones, pues en semejante concepción se deja de lado la verdadera dimensión integral que la comporta. Gestionarla no es tarea sencilla, requiere de una estrategia bien desarrollada y por supuesto, implementada y supervisada durante su misma aplicación. Pero ciertamente no porque la tarea se antoje complicada para el microempresario, se debe claudicar. México es una nación que está compuesta por más unidades microempresariales que por grandes empresas transnacionales. Estas microempresas cada vez con más frecuencia se integran a través de la red a un mercado global inmensamente competitivo, el cual demanda la implementación de estrategias de imagen y comunicación de primer mundo; y cuando digo «primer mundo» me refiero a empresas de otros países desarrollados que manejan cotidianamente programas integrales de imagen y comunicación, y que lo hacen allende de su giro, alcance y dimensiones. Es todo un desafío, pero es una realidad que ya no se puede ni se debe desestimar.
La evolución de los universos de la imagen, la comunicación, la publicidad y las relaciones públicas entre otros, son hechos que demandan una mayor calidad en los procesos por los cuales se desarrollan herramientas comunicacionales. Ya no se trata de ser hacer publicidad espectacular, por ejemplo, ni siquiera muchas veces se trata de ser el primero o el único en la mente del consumidor. Más bien de ocupar una posición bien diferenciada, de cubrir de forma precisa necesidades o deseos de un mercado específico. La imagen es la llave para sostener esa posición, la clave está en su correcta creación y su adecuada gestión. La microempresa es parte también del mercado y se desarrolla hombro a hombro en los universos comercial e industrial, tanto con otras microempresas como también con los grandes corporativos globales, compitiendo en tanto por sostener el posicionamiento en la mente del consumidor.

Urge fortalecer las Pymes


De acuerdo con la CEPAL, las pequeñas y medianas empresas representan el 99% del total de firmas en América Latina y emplean al 67% de los trabajadores, sin embargo, bajos niveles de productividad, dificultades de financiamiento y la mínima adopción de procesos innovadores son las principales falencias

Ante un entorno económico mundial de gran incertidumbre, las perspectivas para AL son aún positivas. Si bien, elProducto Interno Bruto de la región creció 4,4% en 2011 en 2012 se estima que apenas alcanzará el 3,2%, pero los países de la zona están en la capacidad de implementar políticas contracíclicas en caso de requerirlo.

De acuerdo con Ángel Gurría, Secretario General de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), “ahora es el momento para que América Latina abrace el cambio estructural, aproveche las reformas ya realizadas y siga avanzando en la reducción de la desigualdad y el fortalecimiento del crecimiento económico. El contexto global demanda un cambio estructural para aumentar la productividad en la región”.

En este sentido es fundamental la implementación de políticas públicas que fortalezcan a las pyme de la región y las incluyan dentro de la estructura productiva, de manera que se logre avanzar en temas como el aumento de la productividad, mediante la diferenciación de los productos y la inclusión de valor agregado, que es lo que sigue golpeando fuertemente a los empresarios.

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), “el uso más intensivo de las TIC puede ayudar a que las pymes eleven su competitividad, se inserten con menores costes en los mercados internacionales y mejoren su gestión. Más allá de los teléfonos fijos y celulares, hay aún importantes brechas entre las pequeñas y medianas empresas y las grandes firmas en el uso de tecnologías más avanzadas, como poseer sitio web o intranet y tener acceso a banda ancha”.

No obstante, la inclusión de las TIC y el mejoramiento de procesos requieren de cierta inversión, con relación a esto, las más pequeñas no tienen la capacidad para acceder a la financiación en las mismas condiciones que las compañías más grandes. Aunque en países como Colombia ya se están generando iniciativas para la cofinanciación de proyectos de emprendimiento e innovación con un componente especial dirigido a pymes, aún hay mucho espacio en términos de instrumentos de apoyo impulsados por la acción pública.

La respuesta, en cierta medida, está en generar una mayor articulación productiva en la que se implementen clusters y cadenas globales de valor, que le permitan a las pyme ser más productivas y competitivas teniendo en cuenta el importante rol que juegan en la economía regional.

Fuente: MisionPyme.com